sábado, 28 de febrero de 2009

Nuestras primeras horas en Uganda

Después de unos pequeños problemas con las maletas, por fin pisamos suelo ugandés, Grace vino a recogernos al aeropuerto. Nada mas salir de él a la izquierda vemos unas grandes carpas, aviones y helicopteros, Grace nos explica que es una base de las Naciones Unidas para organizar la ayuda a el Congo, el conflicto no está tan lejos...

Entebbe esta a 30 km de Kampala, la separación entre ambas es prácticamente inexistente. Enseguida nos sorprende el tráfico de la capital, bicis transportando todo tipo de objetos, motos ocupadas por dos, tres o más personas, furgonetas que hacen las veces de villavesas y que como éstas creen tener prioridad en todas las situaciones e incluso en las maniobras más inverosímiles, camiones inmensos y todo tipo de coches intentan alcanzar su destino por calles interminables con cruces imposibles. Todo ello por la izquierda por supuesto, recordándonos que Uganda fue colonia inglesa y que los ingleses son especiales para estas pequeñas cosas.

(Pequeña villavesa Ugandesa)

Nos alojamos en un cómodo y occidentalizado hotel donde la mayoría de los residentes tienen la piel tan pálida como nosotros. Descansamos hasta la hora de comer lo cual se agradece tras el trajín sufrido por los aeropuertos. Después de comer vamos a la British airways a reclamar las maletas y las noticias no son muy alentadoras. Tras hacer algunos recados nos damos cuenta de que muchas cosas tienen el mismo precio que en España como los aparatos electrónicos o la gasolina, de ahi lo inalcanzable para esta gente. Para olvidarnos de todo ello Grace nos lleva al restaurante de un lujoso hotel a probar la cerveza ugandesa.

Es curioso ver como desde el aeropuerto y en todo Kampala la publicidad de Coca Cola inunda las calles con enormes carteles e incluso monumentos en las rotondas. Más curioso quizás es que su precio es el mismo que el del agua y esta en todos los rincones de Uganda, da mucho que pensar y la verdad es que yo sentí un poco de vergüenza al ver eso y mas vergüenza aún porque yo soy un asiduo consumidor de esa bebida...

(Vista de Kampala)

Al día siguiente solucionamos para nuestra tranquilidad el problema de la maleta perdida, y dimos una vuelta por una playa en el lago Victoria, al lado de un lujoso hotel. El día lo aprovechamos para hacer pequeños asuntos que Grace tenía pendientes y pronto a descansar para el largo viaje que nos esperaba al día siguiente.

Nos levantamos temprano, pues teníamos 5 horas de viaje por delante hasta Lira, es interesante ver la calidad de las carreteras, que a pesar de salir de la capital sus condiciones no son muy buenas. Por el camino nos encontramos que están arreglando la carretera, Grace nos cuenta que llevan mucho tiempo haciéndolo. Las infraestructuras son muy importantes... Confiamos en que sigan arreglando carreteras.

Alberto e Irene

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