lunes, 16 de marzo de 2009

Moyo 11 de marzo de 2009

Cuando entra por la puerta lo hace de forma insegura, un poco tambaleante y con una expresión triste en la cara. Está embarazada de ocho meses y viene a hacer su primera revisión del embarazo. Además asegura que lleva unos días que le duele la cabeza y podría tener fiebre. Esto nos alerta y la prueba que le hacemos confirma que la chica tiene malaria. Esta enfermedad es una de las causas más prevalentes de aborto en los países tropicales y además obliga a un tratamiento intravenoso y un seguimiento exhaustivo.

(Mujer esperando al ferry)

Por esta razón la chica debe quedarse en el centro de salud ingresada. Esto no hace sino reforzar su mirada triste. Por la tarde cuando vamos a visitarle sigue con la misma ropa y confiesa no haber comido. Dice que nadie puede ir a llevarle ropa ni alimentos para que tenga durante su ingreso. Preguntamos por su marido y sólo contesta: “no está”. Cuestionada acerca del resto de su familia dice que su suegra le ha dicho que no va a ir a verle y que los demás no pueden. No podemos averiguar más pues la chica no habla madi, lo cual sugiere que no es de aquí y que su familia probablemente viva lejos, y su inglés es escaso, no debió ir a la escuela durante mucho tiempo.

La monja un rato después le llama para hablar con ella a solas. Le dice que tiene que darse cuenta de que no puede estar sin comer mientras dure el tratamiento. Ella no para de repetir que quiere irse a casa. Intentamos convencerla e indagar más pero ella no dice nada. “¿Pero qué te pasa?” Dos lágrimas caen por sus mejillas: “nadie ha venido a verme”. La monja intenta explicarle la gravedad de tener malaria durante la gestación, la importancia de ser tratada, de descansar y de alimentarse bien en caso de contraerla durante el embarazo. Yo creo que ella no le escucha, su verdadero problema es que se siente sola.

(Tejado hecho con bambú)

Cuando se va le digo a la enfermera: “¿cuántos años tiene? Parece muy joven...” Esboza una media sonrisa y me contesta: “dieciséis”. Una tarde más regreso con el corazón en un puño al centro.


Nota: la chica se quedó ingresada en el centro de salud hasta que acabó el tratamiento; durante ese tiempo nadie fue a visitarle pero las monjas del convento se encargaron de que no le faltara de nada.

5 comentarios:

  1. Aupa Irene!! a los 8 meses y su primera revisión. y encima malaria. Para nosotros esto es imposible de pensar, pero conforme leemos en el blog nos damos cuenta de que el mundo esta peor de lo que creemos, o peor de lo que nos hacen ver. Gracias por el bLog. Bueno animo y saludos. Un beso.

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  2. ¡Hola pareja! La verdad Irene, que yo también me he quedado con el corazón en un puño. Me he quedado sin palabras. Sólamente mandar mucho ánimo desde aquí. Un beso a los dos.

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  3. Wenas Iren!!!
    Despues de leer esto te da que pensar, luego nosotros nos quejamos d la sanidad...en esos momentos nos tendria mos k poner a pensar en estas personas.
    Animo desde aki q lo k aceis es genial!!!
    Un besazo para los dos!!

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  4. Buenas Irene!!! creo que todos nos hemos quedado igual que tu!! la verdad es que lo que estaís viviendo debe ser muy duro, pero a la vez muy gratificante!!la pobre moceta no necesitaba más que alguien le diera un abrazo o una sonrisa, vosotros a seguir como siempre, y muchas veces una sonrisa vale más que todo el dinero del mundo!! no paro de pensar, menuda leccion de humanidad nos estaís dando!!
    MUCHO ANIMO Y MUCHOS BESOS
    María

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  5. Hola!! Gracias a todos por vuestros comentarios!!! Ya nos quedan pocos días aquí así que a aprovecharlos y ya nos vemos pronto. Besos

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