lunes, 9 de marzo de 2009

Moyo 4 de marzo de 2009

Los miércoles el centro de salud de Moyo se llena de mujeres embarazadas y de niños pequeños pues es el día de la revisión de las gestantes y las vacunas de los niños.

Primero ayudo a la enfermera con las embarazadas; la revisión es bastante simple aunque completa y bien estructurada. Cada mujer recibe una hoja en la que se detallan los datos más importantes de la mujer y del embarazo actual. Tras esto se le toma la tensión y se le pesa. A continuación la mujer se tumba en una camilla para ser explorada. Cuando lo hace la primera paciente la enfermera me dice que la explore yo, que busque la cabeza del niño, que le ausculte y que por el tamaño de la tripa de la paciente calcule el tiempo que lleva embarazada. Yo le miro sorprendida y le confieso un poco avergonzada que no sé hacerlo. Ella se sorprende, no entiende que en Europa a toda mujer con un embarazo normal se le hagan actualmente tres ecografías antes del parto. A mí me sorprende que esa misma mujer a la que no sé explorar está embarazada de 34 semanas y a pesar de que le queda menos de un mes para dar a luz es la primera vez que va al centro de salud a revisar su embarazo. Al final de la mañana soy capaz de explorar más o menos, ya sabía yo que iba a aprender más de lo que pudiera ayudar...

(Centro de salud Moyo)

El resto de la mañana ayudo a la otra enfermera con las vacunas de los niños. Un proceso relativamente sencillo acaba por llevarnos varias horas, aquí todo va a otro ritmo, menos mal que no se lleva eso de siete minutos de visita por cada paciente...

Primero pesamos a los niños uno por uno con un método bastante arcaico. Las madres enfundan a sus pequeños en una bolsa de la que le sobresalen las paticas y la cuelgan de un gancho atado a una báscula que a su vez está colgada del techo. Hay que estar alerta porque a los más menudos les vence la cabeza hacia atrás y con los más rebeldes es difícil ver el peso pues la aguja oscila a la velocidad de su rabieta. Anotamos el peso de cada uno en su cuaderno de líneas igual que los que usan los niños en el cole y que aquí hace las veces de cartilla de cada paciente.

(Niños en Moyo)

Tras esto por fin pasamos a una sala donde se ponen las vacunas. Veo que la monja va de un lado a otro, no se altera, es africana y la tranquilidad es su cualidad innata pero no para quieta lo cual me sorprende. A los minutos viene con uno de los hombres que ayudan en el dispensario y me dice: “quiero decirles algo importante, necesito que alguien me traduzca literalmente a su lengua”. Comienza así un acalorado discurso que no es fácil de entender pues su inglés se superpone con el madi que el hombre traduce y los comentarios por lo bajo que hacen las madres. La frase que más me llama la atención dice algo así: “yo quiero que cuando vengáis aquí vengáis sanos, limpios y felices, si en casa no lo sois reflexionad para ver cómo puede cambiar”. Luego me explica que aquí generalmente lo único en que colabora el padre en el cuidado y educación de los hijos se limita prácticamente al momento en que los conciben y que ella intenta concienciar a las madres de que los padres tienen que acompañarlas durante el embarazo, las vacunas, las enfermedades de los hijos, su educación... También intenta convencerlas de la importancia de la planificación familiar pues aquí cada mujer tiene una media de siete u ocho hijos y muchas veces son muy seguidos y es una carga enorme para la familia tanto económica como anímicamente. Las mujeres repiten constantemente que no es fácil involucrar al marido ni hacer que vea la situación. La monja termina la charla diciendo: “yo con mi marido no tengo problemas” consiguiendo quitar hierro al asunto y tras la carcajada generalizada por fin vacunamos a los niños. Supongo que no pretende que ellas cambien radicalmente, sería un objetivo demasiado pretencioso pero si cada pocos meses cuando van a vacunar a los niños ella les habla de sus derechos, de las obligaciones de sus maridos y de cómo sería la familia ideal probablemente alguna de ellas se rebele en cierto modo contra lo supuestamente establecido. O eso espero.

3 comentarios:

  1. La verdad es que con todo lo que estaís contando, aunque no lo tenhgaís en mente estaís calando muy hondo!! yluego nos quejamos nosotros de las listas de espera, de que no tenemos tiempo de hacer nada... Como habeís puesto esto es toda una ración de realidad pura y dura!! al verdad es que me daís mucha envidia!!

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  2. a mi no me parece envidia,a mi me parece algo memorable realmente...hay k ver n ke mundo vivimos,y las tonterias ke decimos dia a dia...
    Animo campeones,lo estais haciendo de cojones...claro ke si....un abrazo

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  3. Un fuerte saludooo desde aqui, de verdad que lo que haceis es admirable un beso.

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