miércoles, 18 de marzo de 2009

Moyo 13 de marzo de 2009

El infierno comenzó para Filda Amony una noche de febrero de 2008, cuando tenía 13 años. Un grupo de rebeldes armados atacó por sorpresa su aldea de Kalele en el norte de Uganda y a ella se la llevaron atada junto a otros niños. La durísima marcha de 200 km hasta la base de los guerrilleros en Jebelein (sur de Sudán) duró tres semanas. Mientras desgranaba su historia en voz baja, bajando la mirada, me explicó cómo a los niños que no podían resistir la caminata los mataban a golpes o a machetazos, obligando a sus propios compañeros a ejecutar el castigo.

“Cuando llegamos a Sudán, un comandante llamado Opuk nos adiestró en el manejo de las armas y las tácticas de ataque. Nos golpeaban ante la menor falta. Si no aprendíamos con la rapidez que ellos querían, nos dejaban sin comer todo el día” recordaba Filda. A los pocos meses le asignaron a uno de los oficiales para ser su “esposa”, experiencia que recuerda con particular repugnancia: “yo era muy joven y él era mucho mas más mayor que yo y tenía ya varias mujeres, pero si me hubiera negado me habrían matado”. Con él tuvo dos niños, uno de los cuales murió en Sudán.

(Niño de Moyo)

Filda encontró su oportunidad de escapar en 2004, durante un combate contra el ejército ugandés en el que resultó herida de bala en una pierna. A su hijo, que entonces tenía 2 años, no le pasó nada y ahora vive con ella en el campo de desplazados de Omiya-Anyima, en el distrito de Kitgum. Pero su regreso tuvo poco de final feliz: al volver con su familia se encontró con que su madre había muerto de un ataque al corazón pocos años antes, cuando un de sus hermanos murió durante un ataque.


Quinto Otto, secuestrado en 2003 con 12 años, no podrá nunca quitarse de la cabeza el día en que los guerrilleros le dieron un hacha y le obligaron a matar a uno de sus mejores amigos. Si se hubiera negado le habrían matado a él de la misma forma. Para Irene Ayero, raptada en 1998 con 11 años, lo peor fue tener que dormir durante varios meses atada a un grupo de cien niños. Richar Ochola, de 14 años, secuestrado en 2003, tiene aún las cicatrices de las palizas que le pegaron con machetes durante los tres años que estuvo en el LRA. A Joseph Latwal, que estuvo con la guerrilla de 2001 a 2004 y tiene ahora 18 años, le secuestraron junto con su hermana de 14 años, la cual murió a los poco meses durante un combate en Sudán. “aquel día pensé que es mejor morir, porque ver lo que pasa en este mundo es muy triste”.


(Portada del libro Hierba Alta)

Es posible que Filda y Quinto no sepan que el uso de menores ha sido más la regla que la excepción en una de las guerras más cruentas de las últimas décadas, casi siempre en los lugares más pobres del mundo. Según Amnistía Internacional, al menos 300.000 niños han luchando en primera línea en los conflictos de Sudán,, Angola, Sri Lanka, Colombia, R.D. De Congo, Sierra Leona, Liberia y Norte de Uganda. Los niños que engrosan las filas de ejércitos, milicias, rebeldes y paramilitares lo hacen, bien a la fuerza (como en el norte de Uganda), o bien empujados por la extrema pobreza en la que viven.

Las armas ligeras que proliferan hoy con la facilidad son de manejo fácil. Los niños son mas fáciles de manipular, no son conscientes del riesgo que corren durante los combates, y debido a la enorme presión psicológica que sufren son capaces de realizar actos de extrema crueldad que un adulto dudaría en realizar. La estrategia diabólica del LRA estaba muy bien diseñada: una vez que se ha inyectado el terror en la mente de los niños y que se les ha obligado a matar a sus propios amigos o atacar sus propias aldeas, terminan por pensar que ya nunca serán aceptados por sus familiares, y que su única alternativa es permanecer en el LRA el resto de sus días.

Fragmento de "Hierba Alta" de José Carlos Rodriguez Soto (Editorial Mundo Negro)

7 comentarios:

  1. indignado. Si en este conflicto secuestrasen extranjeros como en Colombia, seguro que los gobiernos poderosos se movían. No nos pueden hacer creer que son capaces de organizar un bloqueo en Cuba o Palestina, y son incapaces de acabar con estas guerrillas, sus guerras y con los señores que las organizan

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  2. La verdad que yo tambien me he quedado sin palabras. Siempre que termino de leer lo que contais le voy vueltas a la cabeza pensando en que no sabemos apreciar lo que tenemos, nos quejamos por cualquier cosa, no nos importan para nada los demás, no nos paramos a pensar en la suerte que tenemos de haber nacido aqui...
    Al terminar de leer me corroe una sensacion que me hace sentirme angustiada pero nose por qué siempre acabo volviendo a leer lo que escribis, porque la verdad es que nos está llegando muy hondo todo lo que nos estáis contando.
    Un saludo pareja y ánimo.

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  3. Pff que decir si pasas mal leyendolo no me lo quiero ni imaginar....
    El vivirlo es una cosa pero tiene q ser bien duro seguir viviendo teniendo en la cabeza todo eso...nose si en ese caso es mejor morir o vivir...pfff
    No sabemos apreciar nada ademas de verdad...Animo chicoss teneia todo nuestro apoyo.

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  4. a las muy buenas. Creo que despues de leer esto,solo me queda decir,sin comentarios....... tiene que ser muy muy jodido matar a un colega o morir tu. Y luego dile a algun chaval de esto que hay que perdonar, que hay que olvidar..... bueno pareja, animo y enseguida nos vemos. Un saludo. besos

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  5. Y yo, preparando el udaberria de Fff. No es que me sienta mal. ¿Quñe sentido le estamos dando y desde dónde nos planteamos las cosas? Vosotros dos y algunos más, al menos, estáis (eso creo) aclarando ese desde dónde. Espero que, a la vuelta, además de cenas, podamos compartir en vivo vuestra experiencia.
    Josetxo.

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  6. es duro ponerse en esa situacion. a veces cerramos los ojos y no vemos mas haya de donde vivimos y como vivimos pero la verdad es que nuestro mundo es solo una pequeña parte de la realidad de todo el planeta, vosotros nos habeis dado a conocer una parte que sinceramente, sino ni nos enterariamos.

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